lunes, 8 de octubre de 2007

los volcanes de centroamerica


Resumen.

Se presenta una síntesis de trabajos realizados sobre los volcanes de El Salvador. Se indican los criterios geológicos utilizados para identificar los volcanes activos. Se muestra un mapa con las zonas volcánicas terciarias y cuaternarias y un mapa en donde se ubican los volcanes y las zonas volcánicas activas.

Antecedentes.

En El Salvador existe una cadena volcánica joven, ubicada paralelamente a la costa pacífica, la cual forma parte del cinturón de fuego Circumpacífico. Existen evidencias históricas de grandes erupciones que han ocurrido en el territorio por lo que es necesario estudiar el fenómeno volcánico, ya que esto permite desarrollar actividades orientadas a reducir el riesgo.

En 1985 el Departamento de Geología del Centro de Investigaciones Geotécnicas (CIG) a iniciativa del geólogo Carlos E. Aguilar, inicia una investigación en busca de información bibliográfica relacionada con estudios previos de los volcanes en El Salvador. Los documentos recopilados contienen datos de grandes erupciones ocurridas en el país y en la región, e incluyen información sobre la pérdida de vidas humanas y bienes materiales. Entre las erupciones más grandes en la región, durante los últimos 2000 años, se mencionan: La erupción del volcán de Ilopango en El Salvador en el año 260 DC, erupción del volcán Cosigüina en Nicaragua en 1835 y la erupción del volcán Santa María en Guatemala en 1902.

Primeros estudios.

Uno de los primeros estudios de la actividad volcánica en El Salvador fue realizado por el Alemán Goodyear, W en 1880 titulado “Temblores de Tierra y Fenómenos Volcánicos”, en donde se describe la crisis sísmica ocurrida el 31de diciembre de 1879 premonitora de la erupción que dio origen a la formación de las islas quemadas localizadas dentro de la Caldera de Ilopango.

También El Alemán Karl Sapper estudió los volcanes Salvadoreños y del resto de América Central. Después de muchos trabajos acerca del tema, publica en 1925 “ Los Volcanes de América Central”.

Otro investigador contemporáneo a Karl Sapper fue Montessus de Ballore, quien publicó sobre geología, temblores y erupciones volcánicas en El Salvador y Centro América.

Jorge Lardé inicia en 1923 sus publicaciones de geología y vulcanología Salvadoreña, desde esta fecha hasta 1952, realizó estudios en los volcanes siguientes: Izalco, El Playón, Cerros quemados y Lago de Ilopango. En 1952 publica La Geología de El Salvador.

En 1950 llega de Alemania a El Salvador el Dr. Helmut Meyer Abich, quien funda la Revista “Comunicaciones” editada por el Instituto Tropical de Investigaciones Científicas (ITIC) adscrito a la Universidad de El Salvador. En este período se marcó una época muy importante en la producción de información científica en el área de las ciencias geológicas, junto con expertos locales y extranjeros. La publicación de la revista fue interrumpida en 1977.

A partir de la década de 1950 se realizaron muchos trabajos en el área de la vulcanología, tales como “El origen del Lago de Ilopango” por Howell Williams y Helmunt Meyer Abich en 1953; “Historia Volcánica del Lago de Coatepeque y sus Alrededores” por Howell Williams y Helmunt Meyer Abich en 1954; y “Volcanismo en la Parte Sur de El Salvador” por Howell Williams y Helmunt Meyer Abich en 1955.

El estudio de los volcanes activos de Guatemala y El Salvador fue desarrollado por el Dr. Helmut Meyer Abich en 1956. También desde 1967 a 1971, una Misión Geológica Alemana en El Salvador desarrolló estudios geológicos y vulcanológicos de todo el país, comprobando más de 700 centros de erupción.

En el catálogo de volcanes activos del mundo (1973), el geólogo Alemán O. Bohnenberger, presenta para el Salvador un total de 177 volcanes.

Vulcanólogos reconocidos como Richard Stoiber, Mike Carr, Willson Rose, Karl Pontier, Maximiliano Martínez y otros, han realizado excelentes trabajos sobre los volcanes Salvadoreños. Así mismo, después del terremoto del 10/10/86, una Misión Geológica Italiana en El Salvador, realizó en 1988 un estudio sobre la peligrosidad de los volcanes San Salvador, Ilopango y San Jacinto. En 1996 Darrel Soufield de la Universidad Tecnológica de Michichan, investigó a cerca de la historia y peligros del Volcán de San Salvador. Carlos Pullinger de la Universidad Tecnológica de Michigan en 1996 realizó un estudio sobre la “Evolución del Complejo Volcán Santa Ana”.

Criterios para identificar volcanes activos.

Por las características geotectónicas y morfológicas que presenta la cadena volcánica salvadoreña, los volcanes se han dividido en dos grupos: volcanes antiguos del terciario (más de dos millones de años) y volcanes jóvenes del cuaternario (menos de dos millones de años). Véase figura 1.

Para los vulcanólogos es un poco complicado clasificar a un volcán como extinto o apagado, ya que erupciones violentas y destructivas de volcanes como el Vesubio en Italia, en el año 79 DC, Santa María en Guatemala en 1902 y el Chichón en México en 1982, han ocurrido sin antecedentes, es decir, el ser humano no había recibido ningún daño, ni observado erupciones de estos volcanes. Por lo anterior Araña Saavedra (1984), concluye que para el caso de volcanes formados a partir de muchas erupciones (Volcanes Poligenéticos), es arriesgado considerarlos extintos o apagados, aunque no existan antecedentes de actividad ocurrida durante los últimos 2000 años. Para el caso de volcanes formados por una sola erupción (Volcanes Monogenéticos), y cuyas erupciones no fueron presenciadas, si pueden considerarse extintos, aunque no se descarta que puede ocurrir otra erupción en el mismo lugar o en sus cercanías, siempre y cuando se trate de una zona volcánica activa.

Con respecto al concepto de volcán activo, las consideraciones indican que puede clasificarse como tal una zona volcánica o volcán en particular, siempre que se tomen en cuenta los siguientes factores:

1. Que existan registros históricos y prehistóricos de la actividad del volcán

2. Reconocida actividad explosiva del volcán durante los últimos 5000 años

3. Que se trate de zonas con antecedentes de enjambres sísmicos y presencia de fumarolas y fuentes termales

4. Que la estructura volcánica se encuentre bien conservada

Resumen.

Se presenta una síntesis de trabajos realizados sobre los volcanes de El Salvador. Se indican los criterios geológicos utilizados para identificar los volcanes activos. Se muestra un mapa con las zonas volcánicas terciarias y cuaternarias y un mapa en donde se ubican los volcanes y las zonas volcánicas activas.

Antecedentes.

En El Salvador existe una cadena volcánica joven, ubicada paralelamente a la costa pacífica, la cual forma parte del cinturón de fuego Circumpacífico. Existen evidencias históricas de grandes erupciones que han ocurrido en el territorio por lo que es necesario estudiar el fenómeno volcánico, ya que esto permite desarrollar actividades orientadas a reducir el riesgo.

En 1985 el Departamento de Geología del Centro de Investigaciones Geotécnicas (CIG) a iniciativa del geólogo Carlos E. Aguilar, inicia una investigación en busca de información bibliográfica relacionada con estudios previos de los volcanes en El Salvador. Los documentos recopilados contienen datos de grandes erupciones ocurridas en el país y en la región, e incluyen información sobre la pérdida de vidas humanas y bienes materiales. Entre las erupciones más grandes en la región, durante los últimos 2000 años, se mencionan: La erupción del volcán de Ilopango en El Salvador en el año 260 DC, erupción del volcán Cosigüina en Nicaragua en 1835 y la erupción del volcán Santa María en Guatemala en 1902.

Primeros estudios.

Uno de los primeros estudios de la actividad volcánica en El Salvador fue realizado por el Alemán Goodyear, W en 1880 titulado “Temblores de Tierra y Fenómenos Volcánicos”, en donde se describe la crisis sísmica ocurrida el 31de diciembre de 1879 premonitora de la erupción que dio origen a la formación de las islas quemadas localizadas dentro de la Caldera de Ilopango.

También El Alemán Karl Sapper estudió los volcanes Salvadoreños y del resto de América Central. Después de muchos trabajos acerca del tema, publica en 1925 “ Los Volcanes de América Central”.

Otro investigador contemporáneo a Karl Sapper fue Montessus de Ballore, quien publicó sobre geología, temblores y erupciones volcánicas en El Salvador y Centro América.

Jorge Lardé inicia en 1923 sus publicaciones de geología y vulcanología Salvadoreña, desde esta fecha hasta 1952, realizó estudios en los volcanes siguientes: Izalco, El Playón, Cerros quemados y Lago de Ilopango. En 1952 publica La Geología de El Salvador.

En 1950 llega de Alemania a El Salvador el Dr. Helmut Meyer Abich, quien funda la Revista “Comunicaciones” editada por el Instituto Tropical de Investigaciones Científicas (ITIC) adscrito a la Universidad de El Salvador. En este período se marcó una época muy importante en la producción de información científica en el área de las ciencias geológicas, junto con expertos locales y extranjeros. La publicación de la revista fue interrumpida en 1977.

A partir de la década de 1950 se realizaron muchos trabajos en el área de la vulcanología, tales como “El origen del Lago de Ilopango” por Howell Williams y Helmunt Meyer Abich en 1953; “Historia Volcánica del Lago de Coatepeque y sus Alrededores” por Howell Williams y Helmunt Meyer Abich en 1954; y “Volcanismo en la Parte Sur de El Salvador” por Howell Williams y Helmunt Meyer Abich en 1955.

El estudio de los volcanes activos de Guatemala y El Salvador fue desarrollado por el Dr. Helmut Meyer Abich en 1956. También desde 1967 a 1971, una Misión Geológica Alemana en El Salvador desarrolló estudios geológicos y vulcanológicos de todo el país, comprobando más de 700 centros de erupción.

En el catálogo de volcanes activos del mundo (1973), el geólogo Alemán O. Bohnenberger, presenta para el Salvador un total de 177 volcanes.

Vulcanólogos reconocidos como Richard Stoiber, Mike Carr, Willson Rose, Karl Pontier, Maximiliano Martínez y otros, han realizado excelentes trabajos sobre los volcanes Salvadoreños. Así mismo, después del terremoto del 10/10/86, una Misión Geológica Italiana en El Salvador, realizó en 1988 un estudio sobre la peligrosidad de los volcanes San Salvador, Ilopango y San Jacinto. En 1996 Darrel Soufield de la Universidad Tecnológica de Michichan, investigó a cerca de la historia y peligros del Volcán de San Salvador. Carlos Pullinger de la Universidad Tecnológica de Michigan en 1996 realizó un estudio sobre la “Evolución del Complejo Volcán Santa Ana”.

Criterios para identificar volcanes activos.

Por las características geotectónicas y morfológicas que presenta la cadena volcánica salvadoreña, los volcanes se han dividido en dos grupos: volcanes antiguos del terciario (más de dos millones de años) y volcanes jóvenes del cuaternario (menos de dos millones de años). Véase figura 1.

Para los vulcanólogos es un poco complicado clasificar a un volcán como extinto o apagado, ya que erupciones violentas y destructivas de volcanes como el Vesubio en Italia, en el año 79 DC, Santa María en Guatemala en 1902 y el Chichón en México en 1982, han ocurrido sin antecedentes, es decir, el ser humano no había recibido ningún daño, ni observado erupciones de estos volcanes. Por lo anterior Araña Saavedra (1984), concluye que para el caso de volcanes formados a partir de muchas erupciones (Volcanes Poligenéticos), es arriesgado considerarlos extintos o apagados, aunque no existan antecedentes de actividad ocurrida durante los últimos 2000 años. Para el caso de volcanes formados por una sola erupción (Volcanes Monogenéticos), y cuyas erupciones no fueron presenciadas, si pueden considerarse extintos, aunque no se descarta que puede ocurrir otra erupción en el mismo lugar o en sus cercanías, siempre y cuando se trate de una zona volcánica activa.

Con respecto al concepto de volcán activo, las consideraciones indican que puede clasificarse como tal una zona volcánica o volcán en particular, siempre que se tomen en cuenta los siguientes factores:

1. Que existan registros históricos y prehistóricos de la actividad del volcán

2. Reconocida actividad explosiva del volcán durante los últimos 5000 años

3. Que se trate de zonas con antecedentes de enjambres sísmicos y presencia de fumarolas y fuentes termales

4. Que la estructura volcánica se encuentre bien conservada

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